La península ibérica, siempre escasamente poblada por el hombre y con un clima excepcional, ha sido desde el paleolítico un gigantesco paraíso de y para la caza.

Es en la Edad Media cuando se comienzan a divulgar extensos libros sobre este noble arte. D. Juan Manuel escribe so-bre la cetrería en 1325 y el rey D. Alfonso XI recoge en su “Libro de Montería” una meticulosa descripción de la riqueza de los campos de España. Con especial énfasis, describe los cazaderos en Andalucía.

La pintura española, a lo largo de los siglos, recoge también una gran variedad de escenas de caza, un magnífico ejemplo es Goya.

Andalucía ha mantenido su riqueza cinegética hasta nuestros días y es la única zona de Europa donde se pueden encontrar dos variedades de cabra montés, venado, jabalí y gamo de pura raza ibérica, muflones, corzo y una inacabable variedad de caza menor.